Entrevista a Sergio Levinsky, periodista argentino. Publicado en el diario El Litoral y en el suplemento Mirador Provincial del diario Clarín de Buenos Aires en julio de 2020.
Interview with Sergio Levinsky. He is an Argentinean journalist. Published in El Litoral newspaper and Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin in July 2020.
Foto: Wikipedia.
La AFA atraviesa desde 2017 los años bajo la presidencia de Claudio Tapia. Los vicios de la gestión de Julio Grondona entre 1979 y 2014 se mantienen y acrecientan bajo la tutela del Chiqui Tapia. Marchas, contramarchas, clubes privilegiados y otros perjudicados. La opinión de un experto en fútbol argentino.
Sin competencias hasta fines de septiembre, el fútbol de primera división de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) vive un 2020 atípico. En marzo, se suspendió la Copa de la Superliga y por lo visto no se retomará. Las idas y vueltas en las competencias son una constante en los últimos años. Las desprolijidades y puntos oscuros se acumulan bajo la presidencia de Claudio Tapia en la AFA.
El periodista porteño Sergio Levinsky, hoy colaborador de Infobae y con experiencia vasta en otros medios, conoce los recovecos de esa entidad como pocos. En 2016, culminó el libro AFA. El fútbol pasa, los negocios quedan donde describe toda la historia, desde sus comienzos en el siglo XIX, de esa institución tan poderosa dentro de Argentina. Levinsky habló con Mirador Provincial sobre el balompié nacional y su organización.
- ¿Cómo ves el campeonato argentino que no se define en su formato?
- (Julio) Grondona (presidente de la AFA entre 1979 y 2014) en los últimos tiempos solía decir “cómo me van a extrañar porque no se imaginan lo que viene después de que yo me vaya”. El nivel de esta dirigencia es paupérrimo. No pueden ni siquiera organizar un campeonato. Un torneo al que le quieren cambiar el formato cuando en realidad nadie recuerda que cuando vino la pandemia se había jugado una fecha de un torneo, que se llamaba Copa de la Superliga. Si uno suspendió algo por una pandemia, retoma como pasó en las ligas española, italiana. En Argentina, todo se empieza de cero por una cuestión política de que no se llame como antes.
El fútbol argentino no tenía la voluntad de jugar en todo 2020 y en realidad está jugando contra natura porque la Conmebol los obligó a jugar metiendo una fecha por anticipado de las copas sudamericanas que hace que ocho equipos tengan que volver antes de tiempo. La AFA no quiere jugar porque en realidad políticamente no le convenía a nadie. Estaban Boca, River y Racing en la Libertadores, Argentinos es el club del presidente. Vélez y San Lorenzo entraban porque estaban en la lista de espera. Y si no había ni Copa Argentina ni Copa de la Superliga entraban también. Si uno congelaba todo, quedaba todo perfecto para 2021. La Conmebol metió esa ficha porque está enfrentadísima a Chiqui Tapia. Entonces ahora están obligados a jugar.
- ¿Se podría pensar con este torneo reducido este año en armar un 2021 con un calendario de febrero a diciembre como en el fútbol brasileño?
- Eso sería lo esperable. El fútbol argentino hace esto, luego vuelve al sistema europeo (como pasó en 2016). Lo lógico es el sistema anual como Brasil. Argentina debería tomar en muchas cosas el ejemplo de Brasil. (En Argentina) En días de invierno con sol, perfectos para jugar al sol, los jugadores descansan. Y en enero, con temperaturas de 40 grados juegan. Todo porque en Europa se juega. Nosotros hacemos todo estructurando el fútbol pensando en venderles jugadores a los europeos. Nos adaptamos a todo lo que ellos exigen y adaptamos los torneos, adaptamos nuestra forma de jugar. Ahora se hace un torneo anual para 2021, que está perfecto y en 2022 dicen: “no resultó. Hagamos un torneo de transición hasta junio”. Y volvemos en agosto de 2022 a mayo de 2023 a un torneo como los europeos. Nuestro problema es de incoherencia y de inconstancia. Lo que hoy es una cosa mañana es otra.
- Claudio Tapia se aseguró la presidencia hasta 2025. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?
- Todo indica que Tapia se fortaleció en la política interna del fútbol, pero Tapia tiene un problema que ya lo tenía cuando asumió en 2017. Tapia no tiene un frente sólido. Tapia tiene una alianza fuerte, por decirlo así que es el grupo del ascenso. Lo que se llama Ascenso Unido. La otra parte es la que nunca se sabe. La que hoy está con Tapia y mañana no sé. Momentáneamente la parte política lo favorece. El tema es ver dentro de cuatro años, con un gobierno (nacional) distinto qué pasaría con Tapia. Desde que murió Grondona, la política nacional se volvió a meter.
- En la comisión directiva elegida para el período 2021-2025, no hay participación ni de Unión, ni de Colón. ¿Cómo lo ves vos?
- Tampoco Talleres, que es una cuestión más política por cierto. A la AFA cada vez le interesa menos lo que mal se llama el interior. Es una AFA cada vez más centralista, aunque ya lo era, porque “Chiqui” Tapia con esto del Ascenso Unido está demasiado bancado por los clubes del Gran Buenos Aires. Con esa baza queda poco lugar para los demás clubes. A la AFA no le interesan los clubes de las provincias. Quedó claro porque no tienen casi injerencia.
- Nunca se creó una asociación metropolitana de fútbol separada de la AFA, que es una entidad nacional. Algo que sí tienen todos los otros deportes. ¿Ves eso posible o es una utopía como la de Marx?
- No. Para mí es algo sencillo, pero en Argentina se transforma en algo utópico. Porque los dirigentes que llegan al fútbol argentino son dirigentes con muy poca capacidad operativa y dirigencial. Los dirigentes de hoy no tienen mucho que ver con los de principios de siglo XX de la AFA, que eran gente de la ilustración. Gente que había hecho estudios. Hoy es gente que tiene dinero. Se acerca porque hizo fortuna por alguna razón o por otra en su vida, lo cual no significa que tenga capacidad de dirigente. Entonces lo que termina pasando es que se exacerbó el individualismo de club a club. Cada club mira su interés y nunca se da cuenta que si no se beneficia el interés general, el interés particular se resiente. Todo el mundo ve lo propio. Con estos dirigentes es imposible pensar en una reforma.
Interview with Sergio Levinsky. He is an Argentinean journalist. Published in El Litoral newspaper and Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin in July 2020.
Foto: Wikipedia.
La AFA atraviesa desde 2017 los años bajo la presidencia de Claudio Tapia. Los vicios de la gestión de Julio Grondona entre 1979 y 2014 se mantienen y acrecientan bajo la tutela del Chiqui Tapia. Marchas, contramarchas, clubes privilegiados y otros perjudicados. La opinión de un experto en fútbol argentino.
Sin competencias hasta fines de septiembre, el fútbol de primera división de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) vive un 2020 atípico. En marzo, se suspendió la Copa de la Superliga y por lo visto no se retomará. Las idas y vueltas en las competencias son una constante en los últimos años. Las desprolijidades y puntos oscuros se acumulan bajo la presidencia de Claudio Tapia en la AFA.
El periodista porteño Sergio Levinsky, hoy colaborador de Infobae y con experiencia vasta en otros medios, conoce los recovecos de esa entidad como pocos. En 2016, culminó el libro AFA. El fútbol pasa, los negocios quedan donde describe toda la historia, desde sus comienzos en el siglo XIX, de esa institución tan poderosa dentro de Argentina. Levinsky habló con Mirador Provincial sobre el balompié nacional y su organización.
- ¿Cómo ves el campeonato argentino que no se define en su formato?
- (Julio) Grondona (presidente de la AFA entre 1979 y 2014) en los últimos tiempos solía decir “cómo me van a extrañar porque no se imaginan lo que viene después de que yo me vaya”. El nivel de esta dirigencia es paupérrimo. No pueden ni siquiera organizar un campeonato. Un torneo al que le quieren cambiar el formato cuando en realidad nadie recuerda que cuando vino la pandemia se había jugado una fecha de un torneo, que se llamaba Copa de la Superliga. Si uno suspendió algo por una pandemia, retoma como pasó en las ligas española, italiana. En Argentina, todo se empieza de cero por una cuestión política de que no se llame como antes.
El fútbol argentino no tenía la voluntad de jugar en todo 2020 y en realidad está jugando contra natura porque la Conmebol los obligó a jugar metiendo una fecha por anticipado de las copas sudamericanas que hace que ocho equipos tengan que volver antes de tiempo. La AFA no quiere jugar porque en realidad políticamente no le convenía a nadie. Estaban Boca, River y Racing en la Libertadores, Argentinos es el club del presidente. Vélez y San Lorenzo entraban porque estaban en la lista de espera. Y si no había ni Copa Argentina ni Copa de la Superliga entraban también. Si uno congelaba todo, quedaba todo perfecto para 2021. La Conmebol metió esa ficha porque está enfrentadísima a Chiqui Tapia. Entonces ahora están obligados a jugar.
- ¿Se podría pensar con este torneo reducido este año en armar un 2021 con un calendario de febrero a diciembre como en el fútbol brasileño?
- Eso sería lo esperable. El fútbol argentino hace esto, luego vuelve al sistema europeo (como pasó en 2016). Lo lógico es el sistema anual como Brasil. Argentina debería tomar en muchas cosas el ejemplo de Brasil. (En Argentina) En días de invierno con sol, perfectos para jugar al sol, los jugadores descansan. Y en enero, con temperaturas de 40 grados juegan. Todo porque en Europa se juega. Nosotros hacemos todo estructurando el fútbol pensando en venderles jugadores a los europeos. Nos adaptamos a todo lo que ellos exigen y adaptamos los torneos, adaptamos nuestra forma de jugar. Ahora se hace un torneo anual para 2021, que está perfecto y en 2022 dicen: “no resultó. Hagamos un torneo de transición hasta junio”. Y volvemos en agosto de 2022 a mayo de 2023 a un torneo como los europeos. Nuestro problema es de incoherencia y de inconstancia. Lo que hoy es una cosa mañana es otra.
- Claudio Tapia se aseguró la presidencia hasta 2025. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?
- Todo indica que Tapia se fortaleció en la política interna del fútbol, pero Tapia tiene un problema que ya lo tenía cuando asumió en 2017. Tapia no tiene un frente sólido. Tapia tiene una alianza fuerte, por decirlo así que es el grupo del ascenso. Lo que se llama Ascenso Unido. La otra parte es la que nunca se sabe. La que hoy está con Tapia y mañana no sé. Momentáneamente la parte política lo favorece. El tema es ver dentro de cuatro años, con un gobierno (nacional) distinto qué pasaría con Tapia. Desde que murió Grondona, la política nacional se volvió a meter.
- En la comisión directiva elegida para el período 2021-2025, no hay participación ni de Unión, ni de Colón. ¿Cómo lo ves vos?
- Tampoco Talleres, que es una cuestión más política por cierto. A la AFA cada vez le interesa menos lo que mal se llama el interior. Es una AFA cada vez más centralista, aunque ya lo era, porque “Chiqui” Tapia con esto del Ascenso Unido está demasiado bancado por los clubes del Gran Buenos Aires. Con esa baza queda poco lugar para los demás clubes. A la AFA no le interesan los clubes de las provincias. Quedó claro porque no tienen casi injerencia.
- Nunca se creó una asociación metropolitana de fútbol separada de la AFA, que es una entidad nacional. Algo que sí tienen todos los otros deportes. ¿Ves eso posible o es una utopía como la de Marx?
- No. Para mí es algo sencillo, pero en Argentina se transforma en algo utópico. Porque los dirigentes que llegan al fútbol argentino son dirigentes con muy poca capacidad operativa y dirigencial. Los dirigentes de hoy no tienen mucho que ver con los de principios de siglo XX de la AFA, que eran gente de la ilustración. Gente que había hecho estudios. Hoy es gente que tiene dinero. Se acerca porque hizo fortuna por alguna razón o por otra en su vida, lo cual no significa que tenga capacidad de dirigente. Entonces lo que termina pasando es que se exacerbó el individualismo de club a club. Cada club mira su interés y nunca se da cuenta que si no se beneficia el interés general, el interés particular se resiente. Todo el mundo ve lo propio. Con estos dirigentes es imposible pensar en una reforma.
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