Pablo Vegetti: “Lo más difícil es mantener la regularidad”

Entrevista a Pablo Vegetti, jugador de Belgrano. Publicado en el suplemento Mirador Provincial del diario Clarín de Buenos Aires en marzo de 2020.

Interview with Pablo Vegetti. He is a Belgrano footballer. Published in Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin in March 2020.

Foto: prensa Club Atlético Belgrano.

Por segunda temporada consecutiva, Pablo Vegetti está entre los máximos goleadores de la segunda división. Nacido en Santo Domingo, disfruta de un gran presente en Belgrano, en la ciudad de Córdoba.
Si bien es conocido en el fútbol argentino, Pablo Vegetti volvió a ser noticia en las dos últimas temporadas. Con Instituto primero y con Belgrano después. El 9 nacido en Santo Domingo es el segundo máximo goleador de la Primera Nacional interrumpida por la pandemia del coronavirus. Multimedios El Litoral habló con los tres goleadores de nuestra provincia que lideran la tabla de artilleros de la segunda división. Primero con el rosarino Luciano Pons (está tercero con 12 goles para San Martín Tucumán) y luego con el valesano Pablo Magnin (líder con 15 tantos para Sarmiento Junín). Ahora le llega el turno a Vegetti, líder en dianas de los celestes de Alberdi con 14 gritos.

Vegetti empezó a jugar en Sarmiento de Humboldt y en su pueblo. Vistió distintas camisetas de la Liga Esperancina de Fútbol hasta que en su paso por Colón, de San Justo, conoció a Miguel Restelli. “Él fue el que me llevó a Villa San Carlos (Berisso, Buenos Aires). Ahí comenzó mi vida profesional en el fútbol. Me abrió las puertas para después hacer la carrera que hice hoy”, afirma Pablo por teléfono desde su casa en un barrio cerrado en la ciudad de Córdoba.

Este parón llega en un momento en que el delantero venía con una buena racha. Sobre este receso obligado, comenta: “Es un tema delicado. Estamos todos respetando las normas que pone el gobierno. Estamos en nuestras casas. Nos toca entrenar a cada uno en su lugar. Estamos todos en las mismas condiciones y hoy lo principal es la salud del país. El mensaje que nosotros tenemos que bajar es que cada uno se quede en su casa para cuidarnos entre todos”.

- Al margen de este freno, hasta ahora viene muy bien en lo personal tu campeonato, ¿verdad?
- Sí, sí. Vengo haciendo las cosas bien en el club. Ya vengo de dos temporadas seguidas (primero en Instituto) sintiéndome bien. Estoy tratando de mantener la regularidad. Por ahí el equipo venía en levantada y este parate nos puede llegar a condicionar un poco. Estamos cerca de los puestos del reducido.

- ¿Cuáles son los factores que te llevan a andar tan bien en estas últimas dos temporadas?
- Creo que la madurez. Lo más difícil en la carrera de un jugador es mantener la regularidad. Todos los jugadores, salvo los jugadores de elite, tienen altibajos. A mí me tocó arrancar muy bien en Villa San Carlos. Después tuve un paso por Chile que fue bueno. Tuve un paso por Ferro que fue muy bueno también. Pasé a Gimnasia donde la primera parte fue muy buena. Después tuve dos años en los que no encontré mi rendimiento. Un bajón normal en la carrera de un jugador donde tuve mi paso por Colón. Hubo factores, más allá de lo individual, en lo colectivo para que mi rendimiento no sea el mejor. Uno tiene que ser autocrítico y saber que se equivoca. Desde mi paso a Boca Unidos hasta hoy he encontrado una regularidad y una estabilidad que me permiten crecer temporada a temporada y también día a día.

- Tu paso por Colón en la temporada 2015-2016 no fue el más brillante de tu carrera. ¿Te gustaría volver?
- La verdad que no. No fue un buen paso. Tuve un primer semestre donde me tocó convertir dos goles, donde mi rendimiento no fue el mejor, pero yo no desentonaba a lo que jugaba el equipo. Colón venía de salir de una situación complicada, de los problemas con (Germán) Lerche. Mi decisión de ir a Colón pasó más por el corazón que por la cabeza. Después del segundo semestre me tocó jugar muy poco. Jugué dos partidos porque el técnico no me tenía en cuenta. Me tocó jugar en un clásico donde tuve la mala fortuna de que me expulsen. En el club donde hubiese querido que mejor me vaya no me fue de la mejor manera, pero bueno. En su momento, me dolió mucho, lo sufrí.

- ¿La idea es llegar lo más alto que se pueda en Belgrano?
- Sí, el club compró mi ficha, me hizo un contrato por tres años. Me siento muy bien, muy querido por la gente, por mis compañeros. No pienso más allá del día a día. Y menos hoy con este problema que vive el país.

- Hay otro santafesino que está en Belgrano que es el rosarino Hernán Bernardello. ¿Cómo es su rol en el plantel?
- Con él hicimos una amistad en muy poco tiempo. Es fundamental tanto adentro como afuera de la cancha. Es un gran profesional. Se brinda al máximo por el grupo en cada partido.

Rutina alterada

La obligación de quedarse en los domicilios cambió la cotidianeidad de los argentinos. Vegetti habla de sus días de entrenamiento encerrado: “Un amigo tiene gimnasio y me prestó los elementos para entrenar. Vivo en una casa, tengo un patio grande en el que puedo hacer los trabajos aeróbicos, pero no es fácil. Trato de llevar una vida normal, de levantarme temprano, desayunar, ponerme a entrenar, almorzar, dormir una siesta. Y a la tarde ya se hace un poco largo porque en momentos normales uno hace otra cosa. Acá en el barrio no te dejan ni caminar. Están muy estrictos y me parece perfecto”.

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