Agustín Vaisman: “Un día que el club soñó durante mucho tiempo”

Entrevista a Agustín Vaisman, rugbier de Old Resian Club. Old Resian consiguió su primer título del Torneo Regional del Litoral en este 2019. Publicado en el suplemento Mirador Provincial del diario Clarín de Buenos Aires en julio de 2019.

Interview with Agustin Vaisman. He is an Old Resian Club rugby player. Old Resian won the Litoral Regional Tournament in 2019. Published in Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin in July 2019.



Old Resian se quedó con el TRL de rugby al superar a Jockey de Rosario en la final en Grantfield el domingo 21. Una consagración utópica pocos años atrás para los tricolores. El club de Mendoza y Wilde creció dentro y fuera de la cancha para así festejar su primer título en el certamen de las tres uniones. Agustín Vaisman habló con Mirador Provincial sobre el campeonato obtenido.

Se fundió en un abrazo con sus hermanos Bernardo y Benjamín al terminar la final. Las lágrimas fueron una consecuencia lógica de tanta emoción. Agustín Vaisman, como Benjamín y Bernardo, es parte del núcleo duro de una entidad como el Old Resian Club que vivió décadas siendo vagón de cola. Años de caer derrotado con claridad frente a instituciones más poderosas como Duendes, Jockey o GER. Inclusive el ORC llegó a medirse en 2012 con equipos de tercera división del Torneo Regional del Litoral.

A partir de allí se inició un proceso que tuvo tres mojones exitosos: la final de primera ante Duendes en 2016, la participación en el Torneo Nacional de Clubes de 2017 y el título en el Litoral del 21 de julio de 2019. Una coronación que quedará como el día más glorioso de la institución fundada por ex alumnos del Colegio San Bartolomé en 1942. “Fue un día que el club soñó y esperó durante mucho tiempo. Lo vivimos a pleno. Muy contentos de haber logrado aquello que tanto deseábamos”, comenta Agustín.

- Hace unos años era algo casi imposible, ¿no? De acuerdo a cómo estaba el club.
- Sí, era realmente utópico en esos años. Impensado, algo inalcanzable. Pero de a poquito fuimos levantando la cabeza. El club fue creciendo no solo deportivamente, sino institucionalmente. De a poco lo que parecía tan inalcanzable fue quedando como algo más posible a nuestra realidad. Llegamos en 2016 a una final, estuvimos muy cerquita. Tres años después se nos termina dando.

- ¿Lo de 2016 les sirvió como grupo para la final del domingo?
- Sí, no hay ningún tipo de dudas. Unos amigos me decían: “Duendes tiene muchas finales encima”. Ahora vivimos la experiencia de jugar otra final y uno se da cuenta que realmente pesa. Influye y mucho. Por suerte pudimos capitalizar lo de 2016 y llevarlo adelante en esta final. Que pudo haber sido para cualquiera de los dos, pero por pequeñas cosas, por el esfuerzo, porque lo queríamos más se terminó dando para nosotros.

- Fue el día soñado, ¿qué más se puede pedir?
- Se nos dio todo, absolutamente todo. Cuando uno lo sueña no cree que va a ser tan perfecto como realmente fue. De local, contra Jockey. No porque tengo algo personal contra Jockey. Yo tengo muchos conocidos en Jockey. Jockey a nosotros de chicos nos hacía 60, 70 puntos como si nada. Siempre tuve esa espina lógica de cualquier deportista, de sufrir derrotas muy humillantes contra Jockey. Fue todo inesperado. Antes de jugar la semifinal nos dijeron: “Si ganan la semifinal, la final se juega en el club”. A partir de ahí empezamos a creer que el sueño perfecto podía darse.

- Era una oportunidad única. Old Resian no es un club como Jockey o Duendes que al año siguiente podía tener revancha. Era el domingo o nunca.
- Era el domingo o nunca. Lloré horas y horas después de la final en 2016. Fuimos al club a relajarnos después de tanta tensión. Yo no podía parar de llorar. Me decían: “Tranquilo”. Y yo decía que no sabía si se nos iba a volver a dar porque el camino había sido tan difícil. Ahora que se volvió a dar era la oportunidad de nuestras vidas, en nuestra casa y no la queríamos desaprovechar por nada del mundo.

El Ratón Serri, clave
En este crecimiento deportivo de Old Resian hubo una persona que fue clave. Rubén Serri, alias El Ratón (hombre de Gimnasia), se acercó a Grantfield por su amistad con Manuel Vaisman, padre de Agustín, y sentó los cimientos de este 2019 fructífero. “Cuando terminó el partido lo fui a abrazar llorando -afirma el forward-. La influencia de él en esto fue grandísima. Cuando nosotros estábamos allá abajo, cuando nadie apostaba nada por nosotros, cuando parecíamos casi muertos, El Ratón vino. Se involucró por completo. Estaba todo el día en el club. Nos tenía hasta las 11 de la noche corriendo. Haber venido con tanta humildad a nuestro club y aportar todo lo que aportó fue un momento de quiebre para el club. Él cambió la historia del club en ese momento. Le estoy eternamente agradecido por todo lo que hizo por nosotros. Hacer lo que hizo fue impresionante”.

El desafío ahora es poder mantenerse entre los de arriba. “El campeonato era lo máximo que podíamos lograr y lo logramos. Venimos haciendo las cosas bien para poder hacer esto. No fue que dimos un salto y salimos campeones de un año para el otro. Ser competitivos es nuestro objetivo y lo logramos”, expresa Vaisman.

En este segundo semestre se viene el Torneo del Interior A. Sobre esto, el ala asegura: “Estamos muy bien. Lo demostramos. Vamos a encarar el torneo con la seriedad que se merece. Para el club es fantástico poder medirnos con equipos de otras uniones. Es un gran desafío. Siempre tratando de seguir creciendo”.

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