Rufino, un fenómeno ovalado

Reportaje sobre el rugby en Rufino. Este pueblo tiene el índice per cápita de jugadores de rugby más alto de Argentina. Publicado en el suplemento Mirador Provincial del diario Clarín de Buenos Aires en noviembre de 2014.

Story about the rugby sport in Rufino. This town has Argentina's highest number of rugby players per capita. Published in Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin in November 2014.




La mayor cantidad de rugbiers por habitante en Argentina la tiene una localidad de la provincia. En Rufino, el 1% de la población, incluidos bebés, mujeres y adultos mayores, practica con regularidad el deporte de la ovalada. Una cifra mucha más alta que el 0,25% de promedio en todo el país. Un fenómeno deportivo que tiene una explicación.

Rufino cuenta con muchas particularidades. Una de las menos conocidas es su liderazgo en cuanto a jugadores de rugby per cápita en toda Argentina. La división de ese deporte del Club Social Rufino, Los Pampas, tiene unos 200 jugadores fichados en la Unión de Rugby de Rosario. En una ciudad de unos 20.000 habitantes, implica que uno de cada 100 practica oficial y regularmente esta disciplina. Este promedio es mucho mayor que el de San Isidro (localidad bonaerense considerada capital nacional del rugby), San Miguel de Tucumán u otros centros urbanos donde este deporte es popular. Los Pampas es hoy un club con instalaciones propias, con hockey sobre césped para las chicas y asentado en la segunda división del Torneo Regional del Litoral que nuclea a las uniones rosarina, santafesina y entrerriana.

Pese a la influencia de los teléfonos y las computadoras en los niños y adolescentes, se ven chicos jugando al rugby de manera formal en algunas plazas como la del barrio Cibelli o en la céntrica Sarmiento. Una práctica muy difícil de hallar en otras localidades de nuestro país. “Eso nos da fuerzas para trabajar”, dice a Mirador Provincial Diego Ponzi, presidente de Los Pampas. “Es un club de rugby muy joven. Nos enorgullece y trabajamos sobre eso. Si bien hay clubes de fútbol, hay chicos a los que les encanta el rugby y están con su pelota en la plaza. Es algo donde hay que trabajar. Somos conscientes de que hoy los chicos tienen muchas tentaciones por fuera del deporte, y nosotros nos ocupamos de esto y tratamos de contenerlos más allá del deporte”.


Heriberto Bocio, el pionero
La raíz del desarrollo del deporte de las H se puede encontrar en la tozudez y fanatismo de Heriberto “Tito” Bocio. De joven, fue un apasionado jugador de rugby colegial. Él introdujo el deporte en la localidad desde su rol de profesor de educación física y logró contagiar a otros para que jueguen también. Comenzó a enseñar el rugby en 1968 en el Colegio Nacional. Era la única disciplina por equipo en física para “Tito”. Era eso o practicar atletismo, deporte individual. Fue profesor también de las otras escuelas con lo que logró que los alumnos de todos los colegios secundarios practiquen la disciplina de William Webb Ellis.

La idea prendió y se comenzaron a hacer encuentros informales por fuera del ámbito colegial contra clubes de otras ciudades con la camiseta blanca y el nombre de Los Pampas. El primero, en 1971, frente a Los Miuras, entidad de Junín, y con Bocio como uno de los jugadores. En 1998, se formalizó el deporte como parte del Club Social Rufino. Y en 2008, se logró el ascenso en primera de tercera a segunda en el Litoral, categoría que los blancos mantienen hasta hoy.

La actualidad de Los Pampas
Sobre el presente de la institución blanca, Ponzi afirma: “2014 fue un año muy positivo desde el punto de vista institucional y deportivo en Los Pampas. Este año, nosotros a nivel infantil, juvenil y plantel superior mantuvimos e incrementamos el número de jugadores. En infantiles, que es la base de la pirámide de nuestro club para después mantener en juveniles, hay un grupo muy lindo de gente trabajando en diferentes bloques. Eso hizo que podamos presentar la M15 el año próximo con casi 30 chicos”.

El plantel superior de Los Pampas está dividido en dos. Un grupo entrena en la ciudad y otro en Rosario, en el parque público Sunchales. Esto que parece una desventaja les permite a los blancos no perder rugbiers en primera. Años atrás, muchos jóvenes defendían otra camiseta al marcharse a estudiar a la Cuna de la Bandera. “Ver a esos pibes es emocionante. Entrenan debajo de los silos Davis, con una luz muy tenue, con el frío del río, donde sopla el viento. Y lo hacen con una alegría, un amor y una pasión. Los chicos son el producto de nuestro club. Son las primeras camadas de inferiores que tiene nuestro club y tienen una pertenencia, un amor por la camiseta. Son un grupo de 20, 25 chicos que se entrenan. Hoy gracias a esta estructura que tenemos en Rosario, nos permite que ellos se sientan contenidos. Se van a unos 300 kilómetros a estudiar y saben que tienen chicos de Rufino que están con ellos, se encuentran a la noche a hacer el deporte que aman. Es lo que nos permite estar al nivel que estamos hoy y mantener los tres equipos en el plantel superior”, comenta el dirigente blanco.


Lo más importante, la base

El primer equipo de Los Pampas está afianzado en segunda, pero como en cualquier club se busca llegar más alto. Y la próxima meta sería alcanzar el nivel 1 para medirse con los grandes clubes de la región como Duendes, Jockey, CRAI o Estudiantes. Sin embargo, los blancos saben que lo fundamental es fortalecer los cimientos, las divisiones inferiores que alimentan de jugadores al plantel superior. “Es un sueño, pero somos realistas -dice Ponzi con sinceridad-. El promedio de edad del plantel superior es de 23 años. Eso nos permite soñar en un futuro, hablemos de cuatro, cinco años, de poder llegar. Haciendo nosotros un esfuerzo institucional. Nosotros tenemos que pensar a nivel club, armar bien la base de infantiles, de juveniles y después por decantación pensar en estar en el nivel 1 dentro de tres, cinco años. No es el objetivo mío como presidente. Si bien es un sueño, pero tenemos que pensar en hacer una estructura fuerte”.


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