Reportaje sobre los tres partidos jugados por el seleccionado argentino en la cancha de Rosario Central por la Copa del Mundo de Fútbol Argentina 1978. Publicado en el suplemento Mirador Provincial del diario Clarín de Buenos Aires en junio de 2018.
Story based on the three matches Argentina's national soccer team played in Rosario Central stadium during Argentina 1978 Soccer World Cup. Published in Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin. June 2018.
Hoy se cumplen 40 años de una fecha histórica para el deporte argentino y rosarino. El 14 de junio de 1978 Argentina superó por 2-0 a Polonia por la segunda fase de la Copa del Mundo de Fútbol. La sede, el estadio de Rosario Central. Otros dos partidos más allí, que fueron decisivos, se sumaron en el andar del equipo de Menotti hacia la primera consagración mundial del seleccionado. Recuerdos de tres noches frías e inolvidables.
En este día del comienzo de la Copa del Mundo de Fútbol en Rusia se cumple un aniversario redondo histórico. Aquel ya lejano 14 de junio de 1978 quedó en el recuerdo y en la memoria colectiva de Rosario. Aquel encuentro entre el seleccionado argentino de César Luis Menotti y Polonia fue el primero de tres presentaciones de los locales por aquel Mundial en el estadio (remodelado para ese torneo) del Club Atlético Rosario Central. La victoria por 2-0 ante los rojiblancos, el empate 0-0 ante Brasil (el 18 de junio) y la victoria por 6-0 frente a Perú (21 de junio) fueron decisivos para el primer título mundial albiceleste. Hoy se cumplen 40 años de aquella noche muy fría en aquel otoño en Argentina. Un otoño que se hizo invierno y que se entibió con el fervor popular tras conseguir el trofeo dorado tan ansiado el 25 de junio.
El fixture de aquella competencia había quedado armado para que el equipo argentino jugase todos sus partidos en el estadio de River Plate de Buenos Aires. En el debut, superó a Hungría por 2-1. También fue 2-1 a favor frente a Francia con el gol anotado por Michel Platini para los visitantes. En el último cotejo del grupo A, los locales cayeron ante Italia por 0-1 con el tanto de Roberto Bettega. Esa derrota dejó a los azules, primeros en la zona, en la Capital Federal e hizo mudar al equipo de Menotti a nuestra provincia. Un cambio, que a la luz de los resultados, fue productivo para los albicelestes.
“Yo seguí todo el campeonato del mundo que se jugó en River y en Central”, explica Enrique Cruz (padre), periodista que trabajó entre 1947 y 2001 en el diario El Litoral. “Te puedo asegurar que en el momento en que se produce la derrota con los italianos, yo pensé: ‘Lo mejor que le puede pasar a este equipo es ir a Rosario’. Porque el cambio era fundamental. En el estadio de River estaban los de siempre que cuestionaban al equipo. En la cancha de Rosario Central, para Menotti significaba volver un poco a la casa. Se iba a sentir más cómodo. Y así fue”, agrega Cruz. El seleccionador Menotti nació en Rosario. El Flaco se crió en el barrio de Fisherton. Hizo las inferiores en las filas canallas y debutó en ese club en 1960.
Miguel Durán, enviado especia del diario Los Principios, periódico de la ciudad de Córdoba, recuerda aquel encuentro ante el seleccionado europeo que venía de ser tercero en Alemania 1974: “Nunca había vivido una cosa así. En Argentina-Polonia vi al tipo más rápido del mundo. Nunca vi a un tipo tan rápido como (Grzegorz) Lato. Era un pelado”. Lato fue el goleador de la Copa del Mundo del ’74 y uno de los mejores jugadores de la historia polaca. Sobre el choque ante los de verde y amarillo, Durán comenta: “Los brasileños no pisaban el césped, parecía que flotaban. Fue una cosa maravillosa cómo jugaron. A Brasil no se le pudo ganar. Realmente fue un partido muy parejo y los brasileños realmente tocaban muy bien. Con esa cadencia que parece que estuvieran bailando, pero Argentina tenía un equipazo”. “Luego, en el partido con Perú, el arquero (Ramón) Quiroga (argentino de nacimiento, rosarino para más datos) nos dio una mano bárbara”, afirma Miguel.
Argentina-Perú, un misterio nunca resuelto
40 años después, se mantienen las versiones sobre la legitimidad de aquel 6-0 obtenido frente a la selección peruana. Artículos periodísticos, libros, miles de palabras se dijeron en nuestro país y en el país vecino sobre aquellos 90 minutos.
Cruz da su visión de aquella contienda: “No hubo nada raro. Se había hablado antes del partido de que estaba todo arreglado. Dos o tres macanazos del arquero hicieron pensar que el pobre muchacho había tenido que ver con el resultado final. No creo que haya pasado nada”. Por su parte, Durán piensa bien distinto: “A Quiroga le pateaban a un lado, se tiraba del otro. Nunca podríamos haber clasificado si no fuera por él”.
Ambos remarcaron la alegría de la gente en aquel partido que aseguró el pasaje a la final ante Países Bajos. Alicia Macías Torres fue una espectadora ocasional en la tribuna ante los rojiblancos sudamericanos y asegura: “Una amiga que tenía entradas me invitó y a pesar de no conocer nada de fútbol la ocasión era especial por ser en un mundial en el país y en el estadio nuevo de Rosario Central”. “Fue muy emocionante la sensación que se vivía en ese estadio. Una alegría general que desbordaba y que no había visto antes. Cada vez que hacían un gol era una locura de la gente en general. La mayoría éramos argentinos. ¡Y la tribuna que pedía más goles todavía!”, recuerda Alicia. “Era frío y de noche, pero el estadio era nuevo, muy iluminado y con la efervescencia del momento no se notaba”, agrega Macías.
Leopoldo Jacinto Luque, santafesino y formado en Unión, fue uno de los dos comprovincianos del plantel de 22 futbolistas que alzó el trofeo de la FIFA. El otro fue Daniel Killer, rosarino, con Central como club originario. Luque debió sobreponerse a la muerte de su hermano en un accidente de auto el día del cotejo ante Francia, el 6 de junio. Además, ante los franceses se luxó un hombro y para rematarla recibió un codazo en un ojo frente a los brasileros. Pese a todo, el centrodelantero le marcó dos goles a Perú. En una entrevista publicada en 2016 por la revista El Gráfico de Buenos Aires, el delantero recordó aquella batalla: “Nosotros le habíamos ganado a Perú en marzo del ’78, tanto en Lima como en cancha de Boca, con un baile bárbaro. Y esta vez golpeamos en momentos justos, sobre todo al final del primer tiempo y al comienzo del segundo. Sabíamos que eran fuertes con la pelota, porque jugaban muy bien, pero si se la sacábamos, los podíamos lastimar. Nosotros éramos más que ellos, y ellos jugaron ya eliminados, no tenían nada por delante, pero había que demostrarlo en el campo”.
Investigaciones posteriores se centraron en un acuerdo entre los gobiernos argentino y peruano para posibilitar la victoria local mayor a cuatro goles para que Passarella y compañía pasen a la final. Según un artículo de 2012 del diario El País de Madrid, las dictaduras de ambos países acordaron el envío de 13 militantes políticos peruanos presos hacia Argentina como retribución por dejarse perder. Además, en aquel año, el gobierno de Jorge Rafael Videla le cedió al de Francisco Morales Bermúdez un cargamento de 14.000 toneladas de trigo.
Cruz mantiene una relación personal con Leopoldo Luque y habló muchas veces sobre aquel cotejo. “Ellos (los jugadores argentinos) estaban totalmente convencidos de que era una cuestión de mayor capacidad. No mencionaron para nada otro motivo que no fuera ése”, dice el hombre de El Litoral. “En ese campeonato ocurrieron cosas que podrían haber sido bastante trascendentes para el desarrollo del partido. Como el caso del hermano de Luque que murió. Y Luque jugó un gran torneo. Luque se consagra realmente con los goles y la sapiencia que mostró en el equipo de nuestro país”, agrega Enrique.
El camino albiceleste concluyó con broche de oro cuatro días después de la goleada. El 25 de junio en la final, Argentina superó a los neerlandeses por 3-1 para concretar uno de los mayores logros del fútbol nacional.
Locura en las tribunas
El clima que se vivió en aquellas tres jornadas en el Gigante de Arroyito fue único. “Era una verdadera fiesta”, rememora Durán. “Días de fiesta. Rosario no se va a olvidar jamás de eso”, dice el periodista que al poco tiempo del Mundial comenzó a trabajar en La Voz del Interior, diario en el que estuvo 38 años.
“El público de Rosario es muy futbolero. Se comportó de mil maravillas. No tengo dudas de eso -asegura Enrique Cruz-. Lo demostraron los jugadores diciendo después de cada partido que el apoyo que recibieron de la tribuna era fundamental para poder llegar a cosas mayores en el campeonato”.
Síntesis
14 de junio de 1978. Argentina 2 - Polonia 0
Argentina: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (cap.), Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Américo Gallego, José Valencia (Ricardo Villa 46'); Daniel Bertoni, Mario Kempes y René Houseman (Oscar Ortiz 83'). DT: César Menotti.
Polonia: Jan Tomaszewski; Henryk Maculewicz, Antoni Szymanowski, Wladyslaw Zmuda; Adam Nawalka, Henryk Kasperczak, Bohdan Masztaler (Wlodzimierz Mazur 64'), Kazimierz Deyna (cap.); Grzegorz Lato, Andrzej Szarmach y Zbigniew Boniek. DT: Jacek Gmoch.
Goles: Kempes (16'), Kempes (71').
Incidencia: Fillol le contuvo un penal a Deyna (37').
Árbitro: Ulf Eriksson (Suecia).
18 de junio de 1978. Argentina 0 - Brasil 0
Argentina: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (cap.), Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles (Ricardo Villa 46'), Américo Gallego, Mario Kempes; Daniel Bertoni, Leopoldo Luque y Oscar Ortiz (Norberto Alonso 60'). DT: César Menotti.
Brasil: Leao (cap.); Toninho, Oscar, Amaral, Rodrigues Neto (Edinho 34'); Dirceu, Batista, Chicao; Gil, Jorge Mendonca (Zico 67') y Roberto Dinamita. DT: Claudio Coutinho.
Árbitro: Karoly Palotai (Hungría).
21 de junio de 1978. Argentina 6 - Perú 0
Argentina: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (cap.), Alberto Tarantini; Omar Larrosa, Américo Gallego (Miguel Oviedo 85'), Mario Kempes; Daniel Bertoni (René Houseman 64'), Leopoldo Luque y Oscar Ortiz. DT: César Menotti.
Perú: Ramón Quiroga; Jaime Duarte, Rodolfo Manzo, Héctor Chumpitaz (cap.), Roberto Rojas; José Velásquez (Raúl Gorriti 51'), Cesar Cueto, Alfredo Quesada;
Juan Munante, Teófilo Cubillas y Juan Carlos Oblitas. DT: Marcos Calderón.
Goles: Kempes (21'), Tarantini (43'), Kempes (48'), Luque (50'), Houseman (67'), Luque (72').
Árbitro: Robert Wurtz (Francia).
Un leproso y un tatengue en el plantel
El mediocampista central titular del equipo de César Menotti fue Américo Gallego. Nacido en Morteros (Córdoba) hizo las inferiores en Newell’s Old Boys y debutó en el conjunto rojinegro en 1974. Era jugador leproso cuando disputó la Copa del Mundo. En tanto, Víctor Bottaniz, jugador de Unión que quedó fuera de la lista de 22 junto con Diego Maradona y Humberto Bravo, acompañó a sus compañeros durante todo el proceso. Pese a que no podía jugar decidió seguir dentro del grupo.
Story based on the three matches Argentina's national soccer team played in Rosario Central stadium during Argentina 1978 Soccer World Cup. Published in Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin. June 2018.
Hoy se cumplen 40 años de una fecha histórica para el deporte argentino y rosarino. El 14 de junio de 1978 Argentina superó por 2-0 a Polonia por la segunda fase de la Copa del Mundo de Fútbol. La sede, el estadio de Rosario Central. Otros dos partidos más allí, que fueron decisivos, se sumaron en el andar del equipo de Menotti hacia la primera consagración mundial del seleccionado. Recuerdos de tres noches frías e inolvidables.
En este día del comienzo de la Copa del Mundo de Fútbol en Rusia se cumple un aniversario redondo histórico. Aquel ya lejano 14 de junio de 1978 quedó en el recuerdo y en la memoria colectiva de Rosario. Aquel encuentro entre el seleccionado argentino de César Luis Menotti y Polonia fue el primero de tres presentaciones de los locales por aquel Mundial en el estadio (remodelado para ese torneo) del Club Atlético Rosario Central. La victoria por 2-0 ante los rojiblancos, el empate 0-0 ante Brasil (el 18 de junio) y la victoria por 6-0 frente a Perú (21 de junio) fueron decisivos para el primer título mundial albiceleste. Hoy se cumplen 40 años de aquella noche muy fría en aquel otoño en Argentina. Un otoño que se hizo invierno y que se entibió con el fervor popular tras conseguir el trofeo dorado tan ansiado el 25 de junio.
El fixture de aquella competencia había quedado armado para que el equipo argentino jugase todos sus partidos en el estadio de River Plate de Buenos Aires. En el debut, superó a Hungría por 2-1. También fue 2-1 a favor frente a Francia con el gol anotado por Michel Platini para los visitantes. En el último cotejo del grupo A, los locales cayeron ante Italia por 0-1 con el tanto de Roberto Bettega. Esa derrota dejó a los azules, primeros en la zona, en la Capital Federal e hizo mudar al equipo de Menotti a nuestra provincia. Un cambio, que a la luz de los resultados, fue productivo para los albicelestes.
“Yo seguí todo el campeonato del mundo que se jugó en River y en Central”, explica Enrique Cruz (padre), periodista que trabajó entre 1947 y 2001 en el diario El Litoral. “Te puedo asegurar que en el momento en que se produce la derrota con los italianos, yo pensé: ‘Lo mejor que le puede pasar a este equipo es ir a Rosario’. Porque el cambio era fundamental. En el estadio de River estaban los de siempre que cuestionaban al equipo. En la cancha de Rosario Central, para Menotti significaba volver un poco a la casa. Se iba a sentir más cómodo. Y así fue”, agrega Cruz. El seleccionador Menotti nació en Rosario. El Flaco se crió en el barrio de Fisherton. Hizo las inferiores en las filas canallas y debutó en ese club en 1960.
Miguel Durán, enviado especia del diario Los Principios, periódico de la ciudad de Córdoba, recuerda aquel encuentro ante el seleccionado europeo que venía de ser tercero en Alemania 1974: “Nunca había vivido una cosa así. En Argentina-Polonia vi al tipo más rápido del mundo. Nunca vi a un tipo tan rápido como (Grzegorz) Lato. Era un pelado”. Lato fue el goleador de la Copa del Mundo del ’74 y uno de los mejores jugadores de la historia polaca. Sobre el choque ante los de verde y amarillo, Durán comenta: “Los brasileños no pisaban el césped, parecía que flotaban. Fue una cosa maravillosa cómo jugaron. A Brasil no se le pudo ganar. Realmente fue un partido muy parejo y los brasileños realmente tocaban muy bien. Con esa cadencia que parece que estuvieran bailando, pero Argentina tenía un equipazo”. “Luego, en el partido con Perú, el arquero (Ramón) Quiroga (argentino de nacimiento, rosarino para más datos) nos dio una mano bárbara”, afirma Miguel.
Argentina-Perú, un misterio nunca resuelto
40 años después, se mantienen las versiones sobre la legitimidad de aquel 6-0 obtenido frente a la selección peruana. Artículos periodísticos, libros, miles de palabras se dijeron en nuestro país y en el país vecino sobre aquellos 90 minutos.
Cruz da su visión de aquella contienda: “No hubo nada raro. Se había hablado antes del partido de que estaba todo arreglado. Dos o tres macanazos del arquero hicieron pensar que el pobre muchacho había tenido que ver con el resultado final. No creo que haya pasado nada”. Por su parte, Durán piensa bien distinto: “A Quiroga le pateaban a un lado, se tiraba del otro. Nunca podríamos haber clasificado si no fuera por él”.
Ambos remarcaron la alegría de la gente en aquel partido que aseguró el pasaje a la final ante Países Bajos. Alicia Macías Torres fue una espectadora ocasional en la tribuna ante los rojiblancos sudamericanos y asegura: “Una amiga que tenía entradas me invitó y a pesar de no conocer nada de fútbol la ocasión era especial por ser en un mundial en el país y en el estadio nuevo de Rosario Central”. “Fue muy emocionante la sensación que se vivía en ese estadio. Una alegría general que desbordaba y que no había visto antes. Cada vez que hacían un gol era una locura de la gente en general. La mayoría éramos argentinos. ¡Y la tribuna que pedía más goles todavía!”, recuerda Alicia. “Era frío y de noche, pero el estadio era nuevo, muy iluminado y con la efervescencia del momento no se notaba”, agrega Macías.
Leopoldo Jacinto Luque, santafesino y formado en Unión, fue uno de los dos comprovincianos del plantel de 22 futbolistas que alzó el trofeo de la FIFA. El otro fue Daniel Killer, rosarino, con Central como club originario. Luque debió sobreponerse a la muerte de su hermano en un accidente de auto el día del cotejo ante Francia, el 6 de junio. Además, ante los franceses se luxó un hombro y para rematarla recibió un codazo en un ojo frente a los brasileros. Pese a todo, el centrodelantero le marcó dos goles a Perú. En una entrevista publicada en 2016 por la revista El Gráfico de Buenos Aires, el delantero recordó aquella batalla: “Nosotros le habíamos ganado a Perú en marzo del ’78, tanto en Lima como en cancha de Boca, con un baile bárbaro. Y esta vez golpeamos en momentos justos, sobre todo al final del primer tiempo y al comienzo del segundo. Sabíamos que eran fuertes con la pelota, porque jugaban muy bien, pero si se la sacábamos, los podíamos lastimar. Nosotros éramos más que ellos, y ellos jugaron ya eliminados, no tenían nada por delante, pero había que demostrarlo en el campo”.
Investigaciones posteriores se centraron en un acuerdo entre los gobiernos argentino y peruano para posibilitar la victoria local mayor a cuatro goles para que Passarella y compañía pasen a la final. Según un artículo de 2012 del diario El País de Madrid, las dictaduras de ambos países acordaron el envío de 13 militantes políticos peruanos presos hacia Argentina como retribución por dejarse perder. Además, en aquel año, el gobierno de Jorge Rafael Videla le cedió al de Francisco Morales Bermúdez un cargamento de 14.000 toneladas de trigo.
Cruz mantiene una relación personal con Leopoldo Luque y habló muchas veces sobre aquel cotejo. “Ellos (los jugadores argentinos) estaban totalmente convencidos de que era una cuestión de mayor capacidad. No mencionaron para nada otro motivo que no fuera ése”, dice el hombre de El Litoral. “En ese campeonato ocurrieron cosas que podrían haber sido bastante trascendentes para el desarrollo del partido. Como el caso del hermano de Luque que murió. Y Luque jugó un gran torneo. Luque se consagra realmente con los goles y la sapiencia que mostró en el equipo de nuestro país”, agrega Enrique.
El camino albiceleste concluyó con broche de oro cuatro días después de la goleada. El 25 de junio en la final, Argentina superó a los neerlandeses por 3-1 para concretar uno de los mayores logros del fútbol nacional.
Locura en las tribunas
El clima que se vivió en aquellas tres jornadas en el Gigante de Arroyito fue único. “Era una verdadera fiesta”, rememora Durán. “Días de fiesta. Rosario no se va a olvidar jamás de eso”, dice el periodista que al poco tiempo del Mundial comenzó a trabajar en La Voz del Interior, diario en el que estuvo 38 años.
“El público de Rosario es muy futbolero. Se comportó de mil maravillas. No tengo dudas de eso -asegura Enrique Cruz-. Lo demostraron los jugadores diciendo después de cada partido que el apoyo que recibieron de la tribuna era fundamental para poder llegar a cosas mayores en el campeonato”.
Síntesis
14 de junio de 1978. Argentina 2 - Polonia 0
Argentina: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (cap.), Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Américo Gallego, José Valencia (Ricardo Villa 46'); Daniel Bertoni, Mario Kempes y René Houseman (Oscar Ortiz 83'). DT: César Menotti.
Polonia: Jan Tomaszewski; Henryk Maculewicz, Antoni Szymanowski, Wladyslaw Zmuda; Adam Nawalka, Henryk Kasperczak, Bohdan Masztaler (Wlodzimierz Mazur 64'), Kazimierz Deyna (cap.); Grzegorz Lato, Andrzej Szarmach y Zbigniew Boniek. DT: Jacek Gmoch.
Goles: Kempes (16'), Kempes (71').
Incidencia: Fillol le contuvo un penal a Deyna (37').
Árbitro: Ulf Eriksson (Suecia).
18 de junio de 1978. Argentina 0 - Brasil 0
Argentina: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (cap.), Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles (Ricardo Villa 46'), Américo Gallego, Mario Kempes; Daniel Bertoni, Leopoldo Luque y Oscar Ortiz (Norberto Alonso 60'). DT: César Menotti.
Brasil: Leao (cap.); Toninho, Oscar, Amaral, Rodrigues Neto (Edinho 34'); Dirceu, Batista, Chicao; Gil, Jorge Mendonca (Zico 67') y Roberto Dinamita. DT: Claudio Coutinho.
Árbitro: Karoly Palotai (Hungría).
21 de junio de 1978. Argentina 6 - Perú 0
Argentina: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (cap.), Alberto Tarantini; Omar Larrosa, Américo Gallego (Miguel Oviedo 85'), Mario Kempes; Daniel Bertoni (René Houseman 64'), Leopoldo Luque y Oscar Ortiz. DT: César Menotti.
Perú: Ramón Quiroga; Jaime Duarte, Rodolfo Manzo, Héctor Chumpitaz (cap.), Roberto Rojas; José Velásquez (Raúl Gorriti 51'), Cesar Cueto, Alfredo Quesada;
Juan Munante, Teófilo Cubillas y Juan Carlos Oblitas. DT: Marcos Calderón.
Goles: Kempes (21'), Tarantini (43'), Kempes (48'), Luque (50'), Houseman (67'), Luque (72').
Árbitro: Robert Wurtz (Francia).
Un leproso y un tatengue en el plantel
El mediocampista central titular del equipo de César Menotti fue Américo Gallego. Nacido en Morteros (Córdoba) hizo las inferiores en Newell’s Old Boys y debutó en el conjunto rojinegro en 1974. Era jugador leproso cuando disputó la Copa del Mundo. En tanto, Víctor Bottaniz, jugador de Unión que quedó fuera de la lista de 22 junto con Diego Maradona y Humberto Bravo, acompañó a sus compañeros durante todo el proceso. Pese a que no podía jugar decidió seguir dentro del grupo.
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