Robertino Pezzota, referente del squash argentino

Entrevista a Robertino Pezzota, jugador profesional de squash. Publicado en el suplemento Mirador Provincial del diario Clarín de Buenos Aires en enero de 2018.

Interview with Robertino Pezzota. He is a professional squash player. Published in Mirador Provincial inside Buenos Aires's Clarin in January 2018.



Robertino Pezzota se llevó el Olimpia de plata en squash en 2017. Top 100 en el mundo, desde Rosario se abrió camino en un deporte que exige una preparación extenuante. En 2018 la apuesta es crecer un escalón más y estar entre los 50 mejores de la PSA.

“¿Me esperás que me baño y hablamos?”, le dice a Mirador Provincial. Está en su club. Es uno de los dos dueños. El mismo en el que comenzó a jugar al squash a los 7 años. Tras la ducha allí, en Procenter, en San Martín al 1.300 (Rosario), comienza una charla extensa en el mini bar. Todos lo conocen, todos lo saludan. A su novia, que juega su deporte, la conoció allí también. Es Robertino Pezzota, uno de los mejores jugadores de Argentina en la disciplina de la raqueta. Es un top 100 del mundo, hoy en el puesto 87.

Se quedó con el Olimpia de plata en su especialidad en 2017. También logró ser campeón panamericano la temporada pasada. Robertino cerró 12 meses buenos, plenos de actividad. Sobre el premio afirma: “Fue una alegría porque es un gran reconocimiento por los logros que tuve durante todo el año 2017”. “Hice un esfuerzo gigante para tratar de jugar 10 o 12 torneos dentro del circuito profesional. Por suerte, con la ayuda de algunos sponsors, con la asociación pude lograr jugar los 10 torneos que se necesitan para sumar puntos porque siempre se divide por 10 torneos. Generalmente jugaba seis torneos, siete como mucho y siempre dividía por 10. Entonces siempre me quedaban torneos que estaba regalando para seguir sumando puntos en el ranking”. De esos certámenes, Pezzota ganó en Resistencia en mayo último. “Era un torneo grande, como un ATP 1.000 en el tenis”, comenta. También ganó en Villa La Angostura una competición de menor escala dentro del PSA (Professional Squash Association) World Tour. Al terminar dentro de los 100 mejores pudo participar en diciembre en los Campeonatos Mundiales en Manchester.

- ¿Es muy difícil desde el top 100 saltar al top 50 o más arriba?
- A veces es más difícil del 100 llegar al 50 que del 50 llegar al 20 porque es complicado entrar. Hay torneos en los que yo juego donde se anotan muchas figuras. En el torneo que jugué en Resistencia este año lo están invitando al número 10 del mundo.

- ¿El ranking que tenés hoy es el mejor que tuviste?
- No. Yo llegué a estar 76 (en el ranking mundial) con sólo seis torneos en 2015. De esos torneos como el de Resistencia gané uno en Paraguay, uno en Brasil. Ese año conseguí medalla en Toronto.

Pelea palmo a palmo por el número 1 nacional con el bonaerense de Mar del Plata Leandro Romiglio (hoy 81º en el ranking de la PSA). Su hermano, Rodrigo Pezzota (269º), también obtuvo resultados internacionales. “Es un año más chico que yo. Él si se pone las pilas, tendría que ser el número 3 indiscutible de Argentina. Es muy habilidoso, pero le cuesta como todo habilidoso el entrenamiento”, dice Robertino sobre el otro rosarino destacado.

24 horas metido
El squash profesional demanda un entrenamiento durísimo cada día. “Uno está las 24 horas involucrado con el deporte”, expresa. Por la mañana, Pezzota entrena una hora y media en el gimnasio, luego otros 60 minutos en la parte física, además de ejercicios técnicos y tácticos. Por la tarde, juega en cancha unas tres horas. La preparación implica seis horas y media por día. Tres veces por semana hace parte física extra. “Descansamos nada más que los domingos cuando no tenemos torneo”, agrega.

Pezzota no cuenta con entrenador a tiempo completo. Rodrigo lo ayuda en ese aspecto y él hace lo propio con el más chico de la dupla. Los dos deportistas comenzaron a jugar en una escuela de menores en el mismo Procenter hace muchos años. “Se hacía todos los sábados. Eso también se perdió. Te daban una chocolatada con un alfajor Suchard. Yo venía, era malísimo”, asevera.

Ambos jugadores siguieron jugando y ya a los 12 fueron a competir en sus categorías al Reino Unido. “En Escocia de 250 jugadores salimos novenos. Daba como que íbamos por el buen camino entonces todo eso te iba motivando”, asegura. Allí comenzó el periplo de ambos por las canchas del mundo.

Su objetivo en 2018 es claro. Dar un paso más, algo nada sencillo, para alcanzar el top 50. “Eso me lo propuse hace un tiempo atrás, vengo avanzando de a poquito”, afirma. Robertino también tratará de volver a campeonar en el Panamericano que este año será clasificatorio para los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Falta de recambio

Según Robertino, el squash no pasa por sus mejores años en su ciudad. “El squash en Rosario últimamente cayó un poco. No hubo un recambio. Siguen estando los mismos jugadores. Generalmente empieza gente grande. No hay chicos. Empiezan de 30, 35 años para arriba”, afirma.

El hecho de que el deporte de la raqueta y el frontón se juegue en clubes privados es un componente distinto a otras disciplinas. “En donde hacen las canchas de squash siempre tiene que haber alguien que sepa del tema. Hubo muchos lugares (clubes sociales) donde armaron una cancha de squash, la dejaron ahí y al tiempo se terminó haciendo m… porque lleva un mantenimiento”, comenta. “En este club (Procenter) hace falta que esté alguien atrás. No hay profesores. Hay jugadores que me piden que les dé una clase. Una hora es un montón de tiempo para mi entrenamiento”.

Robertino cuenta con una beca del Enard. Sus sponsors son: raquetas Zyngra, Gentech suplementos deportivos y medias Stylo.

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