El gesto de Guardiola



El furor por todo lo que tenga relación con Josep Guardiola parece haber menguado. Su paso por el Fútbol Club Barcelona como DT marcó una época y sentó precedentes. El catalán sigue siendo un entrenador de la elite y un referente del fútbol mundial, aunque ya no está en el “spotlight”, como suelen decir los anglosajones.

Mi relación con Guardiola es nula. De toda nulidad. Aunque al ex volante del Barsa lo vi una sola vez. Fue en 1999. Yo era un becario más en la sección de deportes del diario ABC en Madrid. Mi tarea era cubrir una reunión entre jugadores por un conflicto de intereses entre estos y otros actores.

Entonces apareció Pep como representante del club azulgrana. Yo era un periodista joven, inexperto, desconocido. Sigo siendo desconocido en realidad, pero ahora soy menos joven y tengo más experiencia. Tuvo un gesto que habla de él. Por educación, por una cuestión de costumbre me dijo a mí y a un par de colegas: “Hola, ¿qué tal?”. Por supuesto que respondí al saludo. Él ya llevaba años en la plantilla del Barcelona, ya era un gran 5 (en España sería 4), pero saludó. Se dignó a saludar. Aunque no me conociera de nada. Nada.

Quizás su sencillez de pueblo lo llevó a hacer eso. Sin embargo, es un gesto, un actitud que pinta una faceta de la personalidad de un hombre mega conocido en el planeta y con dinero para alimentar a muchas familias.

Nunca más, hasta hoy, volví a ver a Guardiola. Aquel día me llevé una gran impresión de él.

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