Racing = Argentina



Reportaje escrito en marzo de 2009. Está basado en las analogías entre el Racing Club de Avellaneda y la República Argentina:
Story written on March 2009. It is based on the similarities between Avellaneda's Racing Club and Argentina:

El periodista porteño Guillermo Salatino le preguntó en su libro “Racing, esa pasión explicable” a su colega Víctor Hugo Morales qué le sugiere la palabra “Racing”. “Una metáfora de la Argentina”, respondió el oriundo de Cardona (Uruguay). Quizás no exista frase más exacta para describir al club del Gran Buenos Aires. El país en donde la Academia se encuentra vivió y vive una historia plagada de similitudes con la entidad de Avellaneda.

En este escrito intentaremos explicar el por qué de la frase del relator, tan precisa, tan elocuente. Los parecidos son innumerables.

Analogía 1: pasado lejano glorioso.

La entidad bonaerense supo dominar los campeonatos porteños con amplitud en la década de 1910 especialmente. Ese éxito lo repitió en la década de 1920 también. Tras años sin títulos, en 1949 se quebró la racha negativa. Los logros se repitieron en los ’50 y los ’60. El más resonante y famoso, en aquel de noviembre de 1967, la obtención de la Copa Internacional frente al Celtic de Glasgow en Montevideo.

El país de América del Sur supo ser el denominado granero del mundo. En la década de 1910, el Estado argentino y sus habitantes gozaban de una nación con riqueza, educación de primer nivel mundial, escasos habitantes pobres. Argentina vendía lo más valioso hace 100 años: materias primas, productos comestibles. Principalmente, trigo y carne bovina.

Analogía 2: orgullo desmedido.
Ese pasado ilustre de Racing llevó a sus hinchas a pensar a su club y a pensarse como los mejores del mundo. La mejor hinchada. Quizás el error sea pensar que los antecedentes nobles hacen noble la actualidad de una entidad. Un factor que lejos de ser una solución, fue casi siempre un problema para los jugadores que vistieron la blanquiceleste.

El argentino del siglo XXI no vivió la época de “tirar manteca al techo”, pero se la contaron. Algunos vestigios quedaron. Por ejemplo, los palacetes en la ciudad de Buenos Aires de las familias ricas de la época de las vacas gordas. Cuando el orgullo de una persona es desmedido se llama soberbia. Falta de humildad. El argentino pecó y peca de altanero.

Analogía 3: pobreza extrema.

Desde 1967 a 2001, los problemas y desgracias se multiplicaron en la Academia. Falta de campeonatos obtenidos, descenso en 1983, pedidos de quiebra, sentencia decretada en 1999. El ascenso de 1985 y la Supercopa de 1988 fueron sólo bálsamos de un período nefasto. El caso insólito de jugar un amistoso para comprar un calefón en los ’80 describe la falta de recursos de una época.

Desde 1930 hasta hoy, para algunos quizás con posterioridad, las ex Provincias Unidas del Sud viven un proceso de tropiezos constantes. Problemas económicos, sociales, políticos, luchas internas que se traducen en niveles de indigencia inadmisibles.

Analogía 4: corrupción.

De Stéfano, Otero, Lalín. Un trío que marcó la etapa más lamentable del Racing Club. Tres presidentes que se acusan entre sí de ser “el otro” el culpable de la quiebra de fines del siglo XX. Tres personas que son las grandes responsables de los años de penuria subsiguientes en la Academia. No se sabe (el juez Enrique Gorostegui que entiende en la causa sí) fehacientemente quién y quiénes metieron la mano en la lata. Sin embargo, la bomba de tiempo explotó en marzo de 1999.

La corrupción argentina se acentuó en los últimos cuarenta años. Nuestro país fue y es uno de los peores en esa materia en el mundo. Todo político nacional que se precie culpa a su antecesor de los problemas del país (falta de transparencia, ineficacia, etc.). Las ex Provincias Unidas del Sud fueron el paradigma de la deshonestidad en los ’90 con Carlos Menem como presidente. Las privatizaciones, las coimas de empresas al Estado nacional y tantos otros hechos marcaron un período que se extiende hasta la actualidad.

Analogía 5: gigante dormido.
Se dice de Racing que es un gigante dormido. Que tiene la potencialidad para ser más, muchísimo más de lo que es. Condiciones no le faltan. Tiene una grandísima cantidad de hinchas, algunos simpatizantes muy influyentes, una infraestructura fuerte. Pero algo siempre pasa para no llegar a las metas propuestas.

De Argentina también se dice lo mismo. Riquezas naturales, uno de los diez países más extensos del mundo, climas benignos, condiciones muy favorables para el desarrollo de un pueblo. No obstante, nuestro país siempre se queda en la frustración eterna. Las oportunidades se repiten cíclicamente y los argentinos cíclicamente cometemos los mismos errores para caer en crisis. La última chance, en 2003. En este 2009 vemos que, otra vez, como tantas, dejamos pasarla. Al contrario de Brasil o Chile.

Analogía 6: penurias sin fin.
Para Racing, las desgracias parecen no terminar nunca. 2001 fue el año de la esperanza. Tras el campeonato, podía nacer una era nueva. Aunque no fue así. En 2003 se llenó el estadio a reventar para el centenario de la institución. Un festejo empañado por un empate con sabor a derrota. En 2005, por muy poco, el club bonaerense se quedó fuera de la Copa Sudamericana de ese año. El karma no había terminado. A partir de allí, volvieron los problemas del pasado. Promedios magros, la promoción al acecho, instancia que finalmente atrapó a Racing en el invierno de 2008. Por muy poco se pudo zafar. Aunque en 2009 sigue allí, amenazante.

Tras el regreso a la democracia en 1983, Argentina parecía encontrar el rumbo. Pero en 1989 se desató una crisis macroeconómica grave. Cambio de gobierno. Estabilidad aparente bajo el mandato de Carlos Menem. Sólo aparente porque en 2001 se produjo otro estallido provocado por políticas erróneas de los ’90 planificadas por el ministro de Economía de Menem, Domingo Cavallo. A partir de 2003, la situación mejoró. No por mucho tiempo. En 2008 estalló otro conflicto socio-económico que jaqueó seriamente la paz nacional. Y en 2009, la solución definitiva sigue sin aparecer.

Analogía 7: el año 1966.

En aquel año, la entidad blanquiceleste obtuvo el campeonato porteño de manera brillante. Con un juego superlativo, el llamado equipo de José marcó una época y quedó como uno de los campeones más destacados de la historia del fútbol de Buenos Aires. En 1967 se logró el torneo entre los dos continentes y a partir de allí, los traspiés.

En 29 de junio de 1966, el militar Juan Carlos Onganía derrocó al presidente democrático Arturo Illia en el penúltimo golpe de Estado en Argentina. Un mes después, el gobierno de facto produjo la denominada noche de los bastones largos. Desde aquella velada oscura, numerosos científicos e intelectuales albicelestes se vieron forzados a huir de su propio país. Se sabe que una nación en serio se construye desde la educación y la capacitación de su pueblo.

Analogía 8: la antítesis. Vélez Sársfield = Chile.
Vélez Sársfield de Buenos Aires, club porteño sin el rancio abolengo de Racing, sólo obtuvo un torneo destacado hasta 1993, el título de 1968. Diametralmente opuesto a la Academia, los velezanos construyeron una entidad que desde hace décadas no conoce las palabras descenso, problemas financieros o quiebra.

Chile se asemeja en cierto sentido. Sin condiciones geográficas favorables, con un territorio largo, pero angosto, los vecinos han sabido construir a partir de los ’90 una nación ordenada, previsible, estable. Confiable y seria para el resto del mundo. Los resultados se ven en la imagen de la sociedad chilena fuera de sus fronteras.

Es evidente que Racing y Argentina están en el otro extremo de Vélez y Chile.

Analogía 9: AFA = FMI.

En el inconsciente colectivo se pensó y se piensa que la AFA, con Julio Grondona, hincha y ex presidente de Independiente de Avellaneda, conspiró sistemáticamente para el éxito de la Academia. Es altamente probable que así sea. De todas maneras, ni la entidad rectora del fútbol argentino y ni su presidente desde 1979 son los únicos culpables de esta desazón casi permanente.

Que el FMI es una máquina de impedir el progreso argentino es un pensamiento extendido en muchos habitantes de este país. Los condicionamientos e impedimentos que el organismo con sede en Washington DC logró imponer por más de 20 años en las ex Provincias Unidas del Sud fueron innegables. Al igual que el otro caso, la institución prestataria fue fuente de problemas, pero no de todos los del país.

Analogía 10: Daniel Lalín = Carlos Menem.
Lalín fue parte de la comisión directiva cuando Luis Otero era presidente (entre 1995 y 1997). A partir de esa fecha, comenzó a traer jugadores de buen nivel a un costo alto que cobraron sueldos suculentos. En diciembre de 1997, el calvo ganó las elecciones y sucedió a Otero. Siguió con la misma metodología de gastar sin reparos. Meses después, en su afán por recuperar parte de lo dado a Racing pidió la quiebra. Era uno de los mayores acreedores. En 2008 se presentó para volver a presidir. A pesar de ser candidato, no se presentó a votar el día de los comicios por temor a agresiones por la antipatía que generaron sus acciones en la década del ’90.

Menem asumió en 1989. Gobernó durante 10 años. Sus medidas políticas y macroeconómicas derivaron en mayor cantidad de pobres e indigentes. En 2003 se presentó por tercera vez. Renunció en el ballotage al que había accedido contra Néstor Kirchner por medio a ser derrotado por su rival electoral.

Analogía 11: los colores.

La camiseta de Racing tras la original rosa y celeste en cuatro cuadrados, derivó en la clásica blanca y celeste a bastones. Como su escudo, desde hace años, la elástica racinguista tiene esos colores.

Argentina tiene desde sus inicios como república los tonos azul celeste y blanco como los identificativos. La selección nacional de fútbol, desde sus orígenes, lució una casaca igual, celeste y blanca a bastones, idéntica a la de Racing.

La excepción que confirma la regla.
Diferencia 1: 2001.

2001 fue el año más felizmente recordado por los hinchas racinguistas. Tras 35 años de abstinencia, pudieron gritar “campeón” en Argentina otra vez. La Academia tocó la gloria el 27 de diciembre.

2001 marcó un año altamente conflictivo que terminó con la caída del gobierno del presidente Fernando De la Rúa. Los sucesos violentos del 19 y 20 de diciembre quedaron en la historia negra nacional.

El futuro.

Nadie sabe si Racing enderezará su camino de una vez y para siempre. A juzgar por el presente actual, resulta harto complicado. Pensar en un club serio, saneado, fuerte deportivamente parece soñar despierto.

Imaginar una Argentina mucho mejor que la actual no es nada fácil. Suponer un país organizado, con gente instruida y capacitada, con gente honesta en puestos clave no es nada sencillo.

Quizás tanto el club bonaerense como el país sudamericano sigan navegando en sus contradicciones, marchas y contramarchas, derrotas y frustraciones. Quizás no. La esperanza fue lo último que quedó en la caja de Pandora.

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